Las Administraciones Públicas, como todas las grandes organizaciones, en tanto que prestan servicios a los ciudadanos y las empresas, dependen de su infraestructura tecnológica y la calidad de sus sistemas de información.
Las telecomunicaciones y la informática han pasado, de jugar un papel figurativo en la última década, a ser hoy el soporte imprescindible para todas las actividades de gestión interna y en una proporción rápidamente creciente, el canal por el que el público accede a los servicios de estas administraciones.
Las nuevas tecnologías han abierto un amplio abanico de posibilidades para acercar al ciudadano los organismos públicos; aumentando la calidad de los servicios públicos, ayudando a innovar los procesos de gestión, orientando sus actividades al servicio del ciudadano e incorporando los avances tecnológicos a la actividad pública.
Este acercamiento es una realidad, no obstante, todavía ha de crearse una conciencia social, una cultura digital que involucre a todas las administraciones y al ciudadano, siendo el servicio al ciudadano el eje vertebrador de la modernización donde la ley ayudará a configurar una administración modera que haga del principio de eficiencia su máxima.
Con paso firme y seguro, las Administraciones están haciendo el camino.
Las expectativas son amplias pero los beneficios son tangibles: reducción de tiempos de respuesta y esperas, eliminación de documentación a aportar en soporte papel, mejora en la coordinación e interoperatibilidad entre administraciones, unido a un rediseño de los procedimientos, facilitando y generalizando el uso de certificados de firma electrónica, normalizando la atención multicanal al ciudadano con servicios personalizados y adaptando el marco jurídico a las oportunidades que ofrece la tecnología. Y las cifras hablan por sí mismas, se estima que durante 2006 la modernización de las Administraciones le ha ahorrado al Estado 150 millones de euros, los ciudadanos han dispuesto de 23 millones de horas libres que antes dedicaban a trámites burocráticos y se han conservado 100.000 kilos de papel. Aunque las inversiones en nuevas tecnologías están destinadas a mejorar los servicios públicos, ya sea en la Administración central, autónoma o local, en sanidad o en educación, hay tener una pers pectiva más amplia, ya que todo ello ha de ir acompañado de rentabilidad y aumento de la eficacia.
Pixelware ha adquirido, desde hace más de doce años, un compromiso con el sector público, ofreciendo soluciones que permiten a los organismos públicos ser más eficientes así como establecer nexos de unión, cooperación e interoperabilidad entre administraciones. Nuestras soluciones, adaptables, flexibles y fáciles de gestionar permiten maximizar las inversiones en nuevas tecnologías a lo largo de todo su ciclo de vida, que en el caso de proyectos del sector público son ciclos de vida largos, en los que hay que tener en cuenta las actualizaciones y modificaciones debidas a nuevas leyes o a exigencias imprevistas.
Nuestro conocimiento de la dinámica del sector público y sus requisitos nos proporciona una importante ventaja competitiva que se traduce en soluciones adaptadas y adaptables a las exigencias de los diferentes organismos públicos.
El éxito sólo se puede medir atendiendo a la capacidad de conectar a los usuarios de una forma sencilla y ágil con los procesos y aplicaciones que le ayude a alcanzar sus objetivos. Nuestra experiencia en la Administración es la prueba de ello.
Rufina Pobre
Dirección Comercial
Pixelware